Los seis tipos de bitácoras mas usuales.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Bitácora N° 2: 31 agosto de 2010

Llegue casi cinco minutos tarde, ya todos estaban dirigiéndose hacia el laboratorio, lo curioso es que el profesor y algunos compañeros pasaron por la puerta del salón y no se detuvieron, por el contrario se dirigían hacia la puerta continua a él. En ese instante pensé que nos habían cambiado de aula, ¡pero no podía ser!,  ya que en la puerta que seguía quedaban algunas oficinas,  por lo cual, sería casi inaudito que nos trasladaran a un cubículo con máximo dos computadores para 35 personas. Aunque no sería extraño, dadas las circunstancias que nos han acontecido en las últimas clases.
Mis dudas en esta ocasión no tendrían sustentación alguna, al ver que el profesor y algunos compañeros retornaban hacia la puerta indicada. Dentro del salón se encontraba el monitor del laboratorio de informática jurídica, quien es él en cargado de entregarnos en perfectas condiciones los equipos de trabajo. Iniciamos clases alrededor de las 6: 10 de la mañana muy puntual para el dictamen declarado por el  profesor el cual  sentenciaba:
”La clase se iniciara por tarde a las 6:15 de la mañana, todo aquel que llegue después de esta hora queda por fuera del salón, e igualmente en el receso que se hará de 7:45  a  8:00 de la mañana, donde se supone que los estudiantes a esta hora ya abran de retornar a clase”
Pero quien se iba a imaginar que yo, terminaría siendo víctima de aquella cuasi-norma que el profesor había implementado para mantener el orden.
Retomando el hilo cronológico de aquella clase, después de las 6:10 de la mañana, cada uno se dispuso a escoger el computador que sería de ahora en adelante su compañero confidencial, sería más que nuestra herramienta, se convertiría en nuestra guía, apoyo y necesidad. Después de aquella decisión tan crucial ¡y es que no es para menos!, ya que  al entrara en el salón, el primer pensamiento que se me cruzo por las vías de mi mente, fue: escoger un computador que sirviera, que no se reiniciara porque sí, que no tuviese tantos virus, que al menos cargara los programas bases con los cuales iremos a trabajar. Y después de esta exhaustiva labor, escogí uno de los computadores de la entrada, ya que si escogía un PC que estuviese al frente de la ventana seguramente, estuviese más pendiente de los acontecimientos de afuera, que de la clase, ya que en algunas ocasiones soy de pensamientos volátiles y en especial cuando tengo un medio distractor tan grande como la visualización del ágora sur colombiano.
Entre correcciones, inscripciones, lecturas y comentarios se pasaron las primeras horas de la clase, fue el momento del descanso, unos salieron de manera precipitosa, me imagino que tendrían mucho afán por salir, otros de manera calmada pero fluyente fueron evacuando el salón, y yo fui una de las ultimas.
Y sería la última y única en quedarme por fuera del segundo tiempo, razón por la cual, la bitácora del día 31 de agosto quedo a medio contar, como las personas que desean ser escritores, y con mucho esfuerzo y muy poco talento  dejan novelas, poemas, diálogos o hasta cuentos inconclusos, hoy me siento uno de ellos y todo porque no pude llegar a tiempo.
Acotación: mis compañeros me comentaron que estuvieron trabajando con el programa slidesheare. 

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